Yo siempre he escrito, siempre. Cuando era niña mis redacciones eran el ejemplo en clase y mis cuentos inventados el entretenimiento en las tardes de lluvia, que en Bilbao no son pocas. Utilizo la escritura para todo. Para trabajar, para recordar, para soñar, para quejarme y para curarme. Durante muchos años solo he escrito para mí, y ahora salgo de mi zona de confort con una nueva ilusión, escribir para los demás.
En estos momentos me encuentro inmersa en la creación de cuentos para niños y el lanzamiento de un blog para el que estoy preparando ya las primeras entradas.
Entre mis principales cualidades destacaría la capacidad de síntesis y la amplitud de registros.
Los campos en los que más cómoda me siento, aparte de la escritura creativa, son el turismo, la educación, la decoración y la salud, si bien, tengo una basta experiencia en búsqueda de información en diferentes medios y me puedo adaptar a cualquier disciplina.
En estos momentos tengo una capacidad de escritura de unas 1.500 palabras al día durante la semana pudiendo llegar a las 5.000 los fines de semana, de manera que en proyectos de en torno a un mes puedo alcanzar las 50.000 palabras.
También tengo experiencia en traducciones, principalmente de inglés a castellano, aunque también he hecho de euskera a castellano y de francés a castellano pero únicamente en el entorno industrial como parte de mi trabajo por cuenta ajena.