Investigo y escribo para persuadir a quien me lee. Y me baso en una fórmula que lleva funcionando más de 100 años.
La fórmula es esta: Investigación + escritura persuasiva = confianza = conversiones = ventas.
Mi profesión es 'conversor' porque mis palabras CONVIERTEN a tus lectores en tus clientes. Quienes temen hablar en español lo llaman Copywriter.
Escribo para ayudarte a convertir más y mejor.
El número de conversiones también depende de las palabras que empleas para explicar tu servicio.
Y, sobre todo, depende de cómo lo explicas.
¿Te limitas a describir con todo lujo de detalles, o explicas cuáles son los beneficios que se obtienen con tu producto o servicio?
¿Le cuentas a tu cliente ideal lo que te interesa a ti o lo que le interesa a él?
Me llamo Samuel y escribo de puta madre. Y no solo porque pongo las comas en su sitio y no tengo faltas de ortografía, sino porque escribo con estrategia.
ESTRATEGIA, sí.
Porque cada una de mis frases tiene un sentido.
Porque cada frase busca una reacción en el lector.
Porque todas y cada una de ellas tienen un único objetivo.
Y ese objetivo es… redoble de tambores…
¡El que tú me digas! Porque no sé si lo que quieres en vender más, vender un producto en concreto, conseguir suscriptores, o qué sé yo.
Tú me dices qué quieres, y yo escribo para que lo consigas.
Con palabras. Pero también con psicología. Al fin y al cabo estoy hablando de influir en el comportamiento de las personas.
(Abro paréntesis: ¡Ojo!, no he dicho manipular. Quien pretenda engañar a sus lectores, que busque otro perfil. Yo no sirvo para eso).
Y para poder influir no basta con redactar.
Escribir es la parte final del proceso. Lo primero es investigar. Y mucho: tus productos y servicios, tu negocio, tus clientes… Sobre todo a TUS CLIENTES.
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