Mal rendimiento: el precio que pagas por lanzar software bajo presión
Tu equipo ha estado trabajando incansablemente durante meses, o incluso años, para lanzar un nuevo producto de software. Sprint tras sprint, estás produciendo código para avanzar en el roadmap. Las expectativas de la dirección son altas, los presupuestos ajustados y los plazos apremiantes. O lanzas el producto a tiempo, o te enfrentas a problemas con tus superiores.
Bajo esta presión, el objetivo principal es entregar el software. Lo más importante es que el producto funcione, no necesariamente bajo qué condiciones de performance opera. Finalmente, lanzas el proyecto, tomas un respiro y celebras el éxito. Y luego, silencio.
Con el paso del tiempo, ocurre algo inesperado, un escenario que he presenciado en casi todos mis proyectos recientes: el sistema empieza a flaquear. Lo que inicialmente funcionaba sin problemas, como sincronizar datos o ejecutar consultas complejas en la base de datos, de repente tarda una eternidad. A veces, las solicitudes fallan por completo.
Los clientes comienzan a quejarse de que el servicio no cumple con sus expectativas. El sistema puede volverse tan lento que deja de funcionar, lo que puede llevar a pérdidas financieras. La dirección se pone nerviosa y empieza a prestar atención a "tu desastre". Se convocan reuniones de emergencia y se forman grupos de trabajo.
Sin embargo, incluso después de numerosas reuniones, aún no sabes cómo abordar la magnitud de los problemas.
Por qué tu sistema se volvió lento y por qué probablemente necesitas ayuda
En los proyectos de software, las tareas de ingeniería se pueden categorizar en tres áreas principales:
El mal rendimiento a menudo es el resultado de priorizar el desarrollo y las operaciones sobre la optimización. Los equipos de desarrollo internos suelen estar ocupados con tareas de desarrollo y operaciones, dejando poco tiempo para la optimización. Además, los desarrolladores internos pueden carecer de las habilidades, experiencia o comunicación efectiva dentro de sus equipos para abordar adecuadamente los problemas de rendimiento.
Varios factores concretos contribuyen a la degradación del rendimiento del software:
La lista podría seguir y seguir.
No luches solo: asóciate con expertos
Las consecuencias de los problemas de rendimiento son graves: pérdidas financieras directas, tiempos computaciones lentos, facturas excesivas en la nube, clientes y usuarios insatisfechos, fallos catastróficos del sistema y amenazas a las operaciones estables. Es evidente que el mal rendimiento no solo cuesta dinero, sino que también pone en peligro la reputación de la empresa en el mercado.
Abordar problemas de rendimiento requiere una comprensión profunda y una amplia experiencia tecnológica en este ámbito. No obstante, los problemas probablemente se han acumulado durante meses o incluso años, así que no esperes que se resuelvan de la noche a la mañana.
Mientras tanto, tu equipo interno probablemente siga ocupado con tareas de desarrollo y operaciones. Interrumpir su flujo de trabajo para abordar problemas de rendimiento podría obstaculizar otros objetivos de desarrollo.
Esta jugada estratégica no solo aborda las preocupaciones inmediatas, sino que también sienta las bases para un rendimiento sostenido y un éxito futuro.
No dejes que los problemas de rendimiento frenen a tu empresa, ya que cualquier problema técnico en buenas manos tiene solución.